Actualmente, México es uno de los países con más especies en peligro de extinción a nivel global (535) y con más especies amenazadas de América Latina (912), informó el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT). Lo cual hace patente la urgencia de un cambio y que para revertir los daños causados es necesario tomar en cuenta que las actividades de restauración desarrolladas en el territorio mexicano vayan acompañadas de regulaciones pertinentes que limiten la extracción de recursos y la contaminación industrial.
Lo que implica desarrollar nuevas tecnologías que permitan remediar las consecuencias de las acciones humanas a lo largo de las últimas décadas y de una transformación profunda en los imaginarios de dominio que han hecho posibles dichas acciones ¿Qué tipo de relaciones queremos establecer de ahora en adelante con nuestro entorno? ¿Cómo configurar un mundo donde se privilegie la cooperación al dominio? La estrategia global de control de daños debe ir acompañada de un proceso particular en el que cada sociedad modifique sus hábitos cotidianos perniciosos y busque estrategias pertinentes para enfrentarse a las exigencias de productividad irresponsable que se dan. Por ello, el objetivo común de todas las naciones en este Decenio es generar las condiciones para que los seres humanos, el resto de los organismos vivos y la tierra se relacionen de manera fecunda.